Me dirán que soy un pedante, o un exagerado, o que incurro en tópicos, o incluso que lo único que hago es parafrasear la reseña que figura en la contraportada del libro (lo que en este caso sería completamente cierto), pero no por ello pienso privarme de decirlo, puesto que así es como yo también lo percibo: El rumor del oleaje es una de las más bellas historias de amor jamás contadas. Y es que el gran Mishima sería un tipo duro y fanático al tratar temas de naturaleza política, pero cuando se ponía en plan tierno, nadie le aventajaba.
Pues sí, una linda historia de amor; ¿por qué no decirlo si es verdad? Podría también caer en otros tópicos de naturaleza más pedante como que en esta novela de Mishima queda muy bien ejemplificado el concepto japonés del giri (義理) u obligación social (o sea, para que nos entendamos, giri es saber quiénes son tus superiores y lo que les debes). Los "niponólogos-todo-a-cien" de marras no dudan en recoger tal apunte en sus blogs para demostrarnos lo puestos que están en sociología nipona ("sepa usted lo que es el giri y no necesitará saber nada más sobre Japón", parecen querer decir). Y no es que anden desacertados quienes así lo ven, pero lo que me gustaría preguntarles es lo siguiente: ¿Es algo tan extraño que esta obra refleje el concepto de giri? ¿Es que hay alguna novela japonesa donde no se refleje en mayor o menor medida? En una sociedad donde todo el mundo tiene bien clarito quién es quién y cuáles son sus obligaciones para con los que le rodean, es normal que el giri sea una realidad social omnipresente en la literatura y el cine. Y es más: se podría decir que Mishima en esta obra se opone decididamente a la observación del giri y apuesta más por la defensa del concepto de ninjô (人情), o sea, la vertiente emocional del ser humano. Así lo vemos en El rumor del oleaje, donde su protagonista, el joven Shinji, hijo de un pescador que murió en la Segunda Guerra Mundial, se enamora de una joven recolectora de perlas llamada Hatsue que vive en el mismo pueblito costero. Y el amor del mozo es correspondido por la chavalilla. Lo malo es que ella tiene muchos admiradores y pretendientes, algunos de ellos bien dotados de "pastizábal", lo que hace que Shinji lo tenga bien difícil para poder casarse con Hatsue (es lo que tiene el giri dichoso). Ahí surge un tal Yasuo, cual versión nipona de la figura del señorito español de posguerra, como principal candidato a quedarse con la moza. Pero Shinji y Yasuo serán sometidos a una prueba, sin que ellos sean conscientes de ello y que manda al giri a freír espárragos. Cuando la leáis, sabréis por qué.
Está publicada en español por Alianza Editorial.
Pues sí, una linda historia de amor; ¿por qué no decirlo si es verdad? Podría también caer en otros tópicos de naturaleza más pedante como que en esta novela de Mishima queda muy bien ejemplificado el concepto japonés del giri (義理) u obligación social (o sea, para que nos entendamos, giri es saber quiénes son tus superiores y lo que les debes). Los "niponólogos-todo-a-cien" de marras no dudan en recoger tal apunte en sus blogs para demostrarnos lo puestos que están en sociología nipona ("sepa usted lo que es el giri y no necesitará saber nada más sobre Japón", parecen querer decir). Y no es que anden desacertados quienes así lo ven, pero lo que me gustaría preguntarles es lo siguiente: ¿Es algo tan extraño que esta obra refleje el concepto de giri? ¿Es que hay alguna novela japonesa donde no se refleje en mayor o menor medida? En una sociedad donde todo el mundo tiene bien clarito quién es quién y cuáles son sus obligaciones para con los que le rodean, es normal que el giri sea una realidad social omnipresente en la literatura y el cine. Y es más: se podría decir que Mishima en esta obra se opone decididamente a la observación del giri y apuesta más por la defensa del concepto de ninjô (人情), o sea, la vertiente emocional del ser humano. Así lo vemos en El rumor del oleaje, donde su protagonista, el joven Shinji, hijo de un pescador que murió en la Segunda Guerra Mundial, se enamora de una joven recolectora de perlas llamada Hatsue que vive en el mismo pueblito costero. Y el amor del mozo es correspondido por la chavalilla. Lo malo es que ella tiene muchos admiradores y pretendientes, algunos de ellos bien dotados de "pastizábal", lo que hace que Shinji lo tenga bien difícil para poder casarse con Hatsue (es lo que tiene el giri dichoso). Ahí surge un tal Yasuo, cual versión nipona de la figura del señorito español de posguerra, como principal candidato a quedarse con la moza. Pero Shinji y Yasuo serán sometidos a una prueba, sin que ellos sean conscientes de ello y que manda al giri a freír espárragos. Cuando la leáis, sabréis por qué.
Está publicada en español por Alianza Editorial.
A mí El rumor del oleaje me parece, sin más, una magnífica novela, una de las mejores que he leído. La que más me gusta de Mishima, la que más me ha emocionado. Una maravilla de sencillez y profundidad al mismo tiempo. Ahí está el ser humano, sus sentimientos, su relación con la naturaleza. Un Mishima que huye de ser pretencioso. Para mí es una obra de cabecera que siempre regalo y recomiendo y nunca defrauda. Respecto a eso del sentido de 'obligación social' supuestamente tan japonés, no hay que irse muy lejos. Es propio, con matices, de cualquier sociedad tradicional. Basta mirar el siglo XIX europeo o la literatura rusa.
ResponderEliminarMe alegro de haber encontrado tu blog. Muchas de las obras que comentas las he leído, sin ir más lejos las tres últimas: El rumor del oleaje, La bailarina y Mil grullas. Me han gustado mucho. Un saludo y cuéntame entre tus lectores.
Pues muchas gracias por tu comentario, Chimista; ha sido un placer leerlo. Totalmente de acuerdo con tus apreciaciones sobre las conexiones con la literatura decimonónica occidental, de la que Mishima bebió en abundancia.
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