domingo, 16 de mayo de 2010

"Soy un gato", de Natsume Sôseki


Podría limitarme a decir que se trata de un novelón, la gran obra de la literatura japonesa del siglo XX, el perfecto retrato de la sociedad nipona en la Era Meiji y todos esos epítetos, pero me gustaría extenderme un poco más, porque la obra lo merece. Tal vez sea la excesiva buena predisposición con que emprendí la lectura de este libro, pero la verdad es que pocas obras me han impresionado tanto en los últimos años como ésta.

Pocas veces se podrán leer obras que ofrezcan un retrato tan certero y a la vez tan poco amable de la sociedad y la época en que fueron escritas. Y el hecho de que el narrador y testigo de ese lado más oscuro de su entorno no sea humano (un gato), contribuye a crear una atractiva áurea de falsa objetividad, una percepción de que quien nos lo cuenta es una especie de árbitro que asiste impotente al devenir de los hechos, algo similar a cuando la narración surge de boca de un niño o un loco.

Me ha encantado; no se hacen largas las más de 600 páginas que componen esta novela, que está resultando todo un éxito entre los lectores españoles, puesto que esta traducción de Yoko Ogihara y Fernando Cordobés publicada por Impedimenta, que es la que yo he manejado, va ya por la 11ª edición: yo en su momento compré la segunda, que tenía bastantes erratas de imprenta y espero que hayan sigo corregidas en las sucesivas ediciones.

sábado, 8 de mayo de 2010

"El faro de los libros", de Aravind Adiga



El autor de Tigre blanco vuelve a sorprendernos con esa forma irónica, sincera, directa y fresca de narrarnos la nada grata realidad de la India contemporánea. En El faro de los libros de nuevo cobran vida ante el lector una galería de personajes que muestran la compleja realidad social india, donde el tradicional sistema de castas convive en el día a día con un no menos riguroso sistema de clases a la occidental, siendo ambos causa de infinidad de situaciones de injusticia y desigualdad. A diferencia de Tigre blanco, que era una novela picaresca centrada en un protagonista y las penurias que ha de pasar en su condición de ser socialmente desfavorecido, El faro de los libros es una colección de relatos, una obra coral donde todos los protagonistas, pese a sus muchas diferencias, mantienen muchos rasgos en común: son personajes marginados, sea por motivos políticos, religiosos, económicos o de casta. Y además, todos viven en Kittur, una pequeña localidad del sur de la India, entre los años 1984 y 1991, que fueron los de los asesinatos de Indira Gandhi y Rajiv Gandhi respectivamente (por eso el título original de la novela es Between the Assassinations).

Cada historia narra un hecho independiente, pese a compartir todas ellas el marco espacio-temporal. Por ellas desfilan todo tipo de personajes, cada cual con sus frustraciones y sus penurias: el estudiante que trata de poner una bomba en su instituto, el chico que esnifa pegamento, el criado sospechoso de tener una relación más íntima con su señora, el comunista que un día descubre que su reino no es de este mundo, matrimonios concertados que no pueden consumarse por culpa de una enfermedad venérea, etc.

Debo reconocer que no me ha resultado una lectura tan intensa y envolvente como Tigre blanco, pero he vuelto a disfrutar con el retrato tan descarnado y nada alejado de la realidad que Adiga nos hace de su país, a modo de catálogo de lo políticamente incorrecto, de todo lo oscuro y sucio que en la India se pretende ocultar "a golpe de Bollywood".

Esta colección de cuentos se publicó en español por Miscelánea Editorial, con traducción de Santiago del Rey.

domingo, 2 de mayo de 2010

"Sauce ciego, mujer dormida", de Haruki Murakami


La imagen que yo tenía de Haruki Murakami como novelista se tambaleó el día en que leí esta colección de relatos, que el afamado autor japonés fue publicando por separado y en diversos medios entre 1981 y 2005. Pues para mi gusto, esta antología de cuentos cabe entrar entre las obras fundamentales de un autor que nunca dejará de sorprendernos. A mí por lo menos me dejó boquiabierto en la mayor parte de los 24 relatos que integran la selección. Son historias a cada cual más original y sorprendente, que van desde el realismo nostálgico tan de Murakami (véase su novela Norwegian Wood) hasta el terreno de lo onírico y de la ciencia-ficción, también tan de Murakami (véase su también novela El fin del mundo y el despiadado país de las maravillas). Incluso se puede encontrar en alguna de las historias un emocionante y algo turbador puntito de terror.

Si toda esta capacidad de fabular de Murakami nos sorprende en una novela, imagínate lo que puede llegar a producir en nuestros cerebros una sucesión de 24 historias en un solo libro donde, a modo de bombardeo intelectual, nos va ofreciendo, una por una, todas las obsesiones temáticas que configuran el universo literario de uno de los mayores talentos literarios de nuestro tiempo.

Sin duda, el lector que busque variedad, la encontrará en este libro.

"El color prohibido", de Yukio Mishima


Me acerqué a esta obra con un cierto temor y recelo, pues la crítica que sobre la misma se despliega en internet, tanto en blogs como en artículos periodísticos, no desprende precisamente un halo muy favorable a su lectura: que si es una obra inmadura, que si es pedante, que si es "podable" (afortunadamente esta versión española de Alianza ofrece el texto íntegro), que si los lectores incondicionales de Mishima no lo acabarán de leer... Y sin embargo, quizás porque las expectativas eran tan bajas, me ha resultado una lectura agradable y entretenida, de esas en las que un capítulo te lleva irremediablemente al siguiente y en el que nada sobra (no entiendo a los que opinan que hay que tirar de tijera), y eso que son más de 500 páginas de "tocho" (¡ya se podían haber currado los de Alianza un formato algo más manejable y ligero, aparte de una portada algo más discretita como para poder leerlo en el metro sin ser observado por el resto de los viajeros...!).

La novela es una salida del armario en toda regla; no sé si será la novela de Mishima en que más y mejor se aborde el tema de la homosexualidad en el Japón de posguerra, pero sí al menos la que más de cuantas he leído de este autor; más incluso que Confesiones de una máscara. Me resulta muy atractiva la perversión y el deseo de hacer daño de Shunsuke, el escritor sesentón y misógino que convence a Yuichi, un joven homosexual, para que se case con otra joven llamada Yasuko y que de paso seduzca a otras mujeres, a sabiendas de que Yuichi no las va a hacer felices (Shunsuke quiere vengarse de las mujeres, que a él no le satisficieron en esta vida). Y le convence a golpe de talonario (hay gente que tiene tanto dinero que lo gasta incluso en fastidiar a los demás y hacer de perro del hortelano).

Los locales "de ambiente" de aquel Tokio recién salido de la guerra quedan perfectamente descritos, así como los sofisticados y algo decadentes usos que mostraban las clases más poderosas de un Japón que andaba a caballo entre las necesidades imperiosas de muchos y la obscena abundancia en la que navegaban otros.Una vez más, el primer Mishima nos sorprende con su sensibilidad y su sentido de la ética y la estética, vinculando con frecuencia lo bello a lo bueno. Las reflexiones que sobre esos temas lanza el autor son profundas, muy maduras para ser del primer Mishima.

Pues eso, que no era tan mala novela. No sólo es leíble, sino que es recomendable.
La tenemos en formato "ladrillo" (¡¡¡edición de bolsillo ya!!!) publicada por Alianza, con tradución del japonés a cargo de Jordi Fibla y Keiko Takahashi.