Durante
las lluvias (Tsuyu no atosaki, 1931)
es la primera de las dos novelas cortas del escritor japonés Nagai Kafû
(1879-1959) que componen el volumen Una
extraña historia al este del río, publicado en español por Satori (2012),
con traducción de Rumi Sato. La segunda de las novelas, publicada en 1937, es
la que da título al libro, y de ella me ocuparé en otra entrada de este blog
dentro de unos días.
Accedí a la lectura de esta historia alentado por la
introducción que Carlos Rubio hace a la citada edición, donde llega a afirmar
que Nagai Kafû “se halla un peldaño más arriba de la categoría de maestro: la
de genio (como Chikamatsu y Akutagawa)”. Leo con profundo respeto, cuando no
con algo de veneración, los textos introductorios que Carlos Rubio redacta en
las publicaciones de Satori u otras editoriales, porque con ellos es capaz de
sumergir al lector en el contexto espacio-temporal de la obra y de aportarle
datos biográficos de singular relevancia sobre el autor que permiten acercarnos
al por qué de su estilo y sus inquietudes temáticas. Y por eso mismo, confié en
que iba a leer una obra genial, es decir, la que es propia de un genio, y he de
confesar que me llevé un chasco. Estoy de acuerdo en apreciar la maestría
literaria de Nagai Kafû, pero no he sabido encontrarle la genialidad, al menos
en Durante las lluvias, el primero
que leo de este autor. No he logrado verle a la altura de otros japoneses de su
tiempo como Tanizaki o (mucho menos aún) Akutagawa.
Es cierto que el profundo conocimiento de campo que
Kafû tenía sobre los bajos fondos y el puterío tokiotas de su tiempo confiere una
gran credibilidad y un incalculable valor documental a sus trabajos,
ambientados en tan sórdidos pero atractivos lugares. Durante las lluvias tiene sin duda muchísimo de autobiográfico, con
ese escritor protagonista que se enamora de la puta y con la que establece un
sutil juego de atracción y rechazo. De acuerdo también en que la carga
costumbrista y realista del texto le aporta un valor documental añadido. A través
de sus páginas contemplo zonas de Tokio por las que transito en la actualidad,
tales como Ichigaya, Kaguzaraka, Yotsuya… Y no hay quien las reconozca… Te
enteras de que los sitios que hoy son el súmmum de la elegancia y del pijerío tokiotas,
debieron ser antros puteros de agárrate hace poco menos de un siglo. Las
vueltas que da la vida.
A pesar de todo, no sé si es porque me esperaba algo
más de una literatura calificada de “libertina”, pero lo cierto es que el
relato me ha resultado algo suave, naif, me atrevería a decir que incluso algo
pueril. Que no era para tanto, vamos.
De todas maneras, leeré a continuación Una extraña historia al este del río,
supuestamente mejor que Durante las
lluvias, confiando en que solo se haya tratado de una mala primera
impresión, aunque “mala” tampoco es el adjetivo que quiero utilizar para
referirme a esta narración; eso tampoco haría justicia a la novela de Kafû.
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