
Y hay otro tema más, de los habituales en Kawabata, que debuta en La pandilla de Asakusa, y además de qué
manera: me refiero al de la venganza amorosa, con la enigmática figura de
Yumiko como representante. Yumiko, una chica ruda y perdida, como no podía ser
de otro modo tratándose de una habitante de la golfa Asakusa de entreguerras
(nada que ver con esa “turistada” de postal, mediocre, y comercial que es la
Asakusa de hoy), aplica una venganza tan original como cruel a un hombre que en
el pasado no se había portado bien con otra chavala.
Y, más allá de la tal Yumiko, el repaso que a toda “la pandilla de
Asakusa” hace el estudiante narrador de la novela (alter ego de Kawabata),
permite conocer al lector el amplio abanico de picaresca, delincuencia y vicio
que manchaba y a la vez daba lustre a aquella Asakusa ya definitivamente
perdida. O sea, valor literario y documental en esta joya del primer Kawabata.
De este edición de Seix Barral (2007 en Argentina, 2014 en España), lo
mejor es el hecho de la edición en sí, ya que permite al lector hispanohablante
conocer un trabajo de Kawabata que hasta ahora nos estaba vedado (lo de
siempre: los lectores hispanohablantes somos esas señoras y esos señores que
tenemos que esperar décadas, cuando no siglos, para poder leer lo que
verdaderamente merece la pena del resto de la humanidad en cuanto a literatura
se refiere). Lo malo, como suele ser frecuente en Seix Barral cuando se anima a
publicar obras de autores japoneses, es que no las traduce directamente del
japonés. Pero como no hay mal que por bien no venga, en esta ocasión no les ha
salido la jugada demasiado mal, porque al haber hecho la traducción al español
a partir de la traducción inglesa de Donald Richie, disponemos de un prefacio y
un epílogo escritos por este buen conocedor de la cultura nipona y que resultan
altamente enriquecedores y esclarecedores sobre el sentido de la obra, que
incluyen datos tan interesantes como la entrevista que Kawabata y Richie
mantuvieron en 1947 en la misma Asakusa, entonces arrasada por los bombardeos
yanquis de la Segunda Guerra Mundial.
Original y provocadora, poética y documental: se lea desde la óptica
que se lea, La pandilla de Asakusa no
nos defraudará.
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