Si bien no es lo que más me ha gustado de cuanto he leído de Mishima, me sigue pareciendo una obra de una más que aceptable calidad.
La novela nos cuenta la vida de Etsuko, una tokiota que en plena posguerra se queda viuda, tras lo que se muda a una zona rural de la prefectura de Osaka, donde su suegro posee una finca. A partir de ese momento, Etsuko queda vinculada al padre del que fue su marido, aunque ella se enamora de un joven criado llamado Saburo. Este, a su vez, no hace demasiado caso a la viuda y sí a Miyo, otra criada de la casa, a quien deja embarazada. A lo largo de la novela, Etsuko navega sin rumbo en un mar de celos y de búsqueda a la desesperada del verdadero amor.
A lo largo de la lectura de Sed de amor se puede alcanzar un cierto grado de simpatía con Etsuko, una mujer que trata de hallar el amor en un medio muy hostil hacia la libertad sentimental, en unos años económicamente muy difíciles para el país y donde comer estaba por encima del resto de cosas. Y en el caso de las mujeres, la dependencia material con respecto a los hombres era tan alta, que cualquier otro aspecto humano quedaba supeditado al hecho de sobrevivir.
Se recomienda.
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